¿Por qué los católicos, si dicen creer en un solo Dios, le rezan a tres diferentes?

Esta es una duda muy común cuando se está empezando a conocer la religión católica o cuando se tiene un primer acercamiento a la misma. La respuesta corta es que no existen tres dioses sino que es un mismo Dios trino, es decir, se compone de tres “personas” (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Sin embargo, vamos a adentrarnos más en este detalle. (Catecismo de la Iglesia Católica, 232).

Primero que nada, esta realidad trinitaria de Dios se conoce como la “Santísima Trinidad”.

La Santísima Trinidad es el misterio central de nuestra fe; es el misterio de Dios en sí mismo. Algo muy importante para comprender un poco sobre este misterio, es que la realidad de Dios no es igual que la realidad humana. Si nosotros hablamos de tres personas “normales”, entendemos que son tres individuos completamente diferentes, sin embargo, en la realidad de Dios, las tres personas que lo comprenden son “personas divinas”, por lo cual no pueden considerarse con la misma lógica que la “persona humana” o “normal”.

La Iglesia ha optado por usar el término de personas para que en nuestro imaginar nos sea más sencillo el concebir que cada uno es distinto, es decir, el Padre no es el Hijo, ni el Hijo es el Padre, ni el Espíritu Santo es el Padre o el Hijo. Pero estas tres “personas” son el mismo Dios, las tres son enteramente Dios. No son Dioses separados. (Catecismo de la Iglesia Católica, 252).

Se que es algo difícil de comprender, incluso para nosotros los creyentes aún nos es complicado poder expresar esta realidad y verdad de Dios. Lo que nosotros sabemos no lo hemos inventado nosotros, sino que nos ha sido revelado por Dios mismo a través del Hijo, que es Jesús. Puesto que en diversos pasajes bíblicos Jesús hace referencia a su Padre, que es Dios, y al “Paráclito” que es Dios Espíritu Santo. (Catecismo de la Iglesia Católica, 243-248).

Si quieres leer más de esto puedes checar los siguientes pasajes bíblicos:

• Evangelio de Juan, capítulo 10, versículo 30; y capítulo 16, versículos del 5 al 15.

• Evangelio de Mateo, capítulo 11, versículos 25 al 27; y capítulo 28, versículo 19.

Imagino que en este punto aún te quedan dudas sobre este misterio de Dios, pero esto es completamente normal. Una realidad para nosotros es que nunca comprenderemos con totalidad este misterio, pues nuestro razonar es limitado para entender la realidad divina de Dios, ya que tendemos a razonar según las realidades que podemos palpar en nuestro mundo.

Un ejemplo un tanto burdo, pero que podría ayudarte a llevarte una respuesta más completa es el siguiente:

Cuando hablamos del sol, sabemos que existe un astro que se encuentra en el espacio y por el cual recibimos luz y calor, perceptibles para nosotros. Aunque las tres cosas son diferentes normalmente la adjudicamos al mismo ser, el sol. De una forma similar podríamos hablar de Dios, Dios Padre es el “astro” que nos vigila, Dios Hijo (Jesús) es la luz que nos ilumina y Dios Espíritu Santo es el calor que sentimos que procede del astro y de la luz. Los tres son un mismo Dios, pero los tres se presentan en nuestras vidas de maneras diferentes.

Te recomiendo seguir buscando y acercarte a Dios. Pídele que te de la sabiduría para poder comprender este misterio y poder conocerlo más.

Espero esta respuesta corta te haya servido. Si tienes alguna otra duda que te gustaría que se resuelva, no dudes en enviarla a nuestra cuenta de Twitter @AskMaranathaBlog.

⛪Bendiciones. 🙏💖