viernes, 4 de septiembre de 2020

¿Qué es el matrimonio? (parte 2) Divorcios en la Iglesia

Divorcios en la Iglesia católica. Divorciados vueltos a casar.


La Iglesia dice que el sacramento del matrimonio es indisoluble, pero ¿qué pasa si la relación ya no es sostenible o peor, si es dañina? ¿Qué postura tiene la Iglesia sobre los divorcios? ¿Es posible volverse a casar por la Iglesia? Esas y otras preguntas más las responderemos a continuación.


Te recomendamos leer la primera parte si aún no lo has hecho para que comprendas mejor lo que a continuación se dirá. ¿Qué es el matrimonio? (Parte 1).


Primero que nada, ¿qué pasa si no deseo casarme? ¿Es pecado?

La respuesta corta es no. Pero antes de dar una conclusión, primero se debe analizar, ¿por qué no deseo casarme?

No todo el mundo está llamado al matrimonio, al igual que el sacerdocio o la vida consagrada, el matrimonio es una vocación. Es decir, un llamado especial y único que te hace Dios para que des fruto y construyas el reino de los cielos.

Muchas veces, las personas piensan: Si no tengo el llamado a ser sacerdote y religiosa entonces debo casarme. ¡Eso es falso! 

El matrimonio no es solamente por default, y menos es “porque es lo que me queda”. El casarse y formar una familia debe ser un llamado que venga de Dios, porque si el matrimonio no es tu vocación no vivirás plenamente, sí serás feliz, claro, pero no sentirás la plenitud que deberías. Por eso es muy importante preguntarse ¿a qué me llama Dios?


OJO: Vivir una vocación de celibato no es un desprecio por el matrimonio o la vida familiar, sino es una renuncia voluntaria “por el reino de los cielos”. Quizás sea voluntad de Dios que en el celibato puedas preocuparte de personas por las que nadie más se preocupa, ya que tienes la libertad e independencia que se requiere.

Si no estás llamado al matrimonio, no tiene nada de malo ni es pecado. Pero para saberlo debes hablar con Dios y en oración descubrir qué es lo que Él te pide.


Ahora, si no deseas casarte porque crees que eso arruinará tu relación actual, te invitamos a leer la primera parte (enlace) de nuestra publicación para que conozcas mejor lo que implica el matrimonio y el "compromiso para toda la vida.”


¿Qué postura tiene la Iglesia sobre los divorcios? ¿Pueden separarse cónyuges que están peleados?


“Cualquier matrimonio puede correr peligro a causa de alguna crisis. El diálogo, la oración (en común), a veces también la ayuda especializada pueden ayudar a salir de la crisis. Y en especial, el recuerdo de que en todo matrimonio sacramental hay un tercero en la unión, Cristo, puede encender de nuevo la esperanza. Pero a quien su matrimonio se ha vuelto insoportable, o a quien está expuesto a violencia psíquica o física, le está permitido separarse. Esto se denomina una ‘separación de mesa y cama’, que debe ser comunicada a la Iglesia. Aunque en estos casos se ha roto la convivencia, el matrimonio sigue siendo válido” (YOUCAT, 2011).


Todo lo anteriormente expresado se puede resumir en que si una persona vive en un matrimonio abusivo y representa un riesgo grave a su integridad física o psicológica (tanto para la pareja como para los hijos) y es un daño irreparable, entonces es permitido el vivir separados. En otras palabras, vivir lejos de la persona que genera el daño. Esto no significa que ya no sean un matrimonio, ni que pueda volver a casarse con otra persona, porque como se mencionó en la primera parte, el matrimonio es indisoluble; por lo que, si la pareja se separa ambos deben ser fieles a la otra persona, no deben tener otras parejas ya que es considerado como adulterio (esto solo aplica para las parejas que contrajeron matrimonio sacramentalmente, es decir, por la Iglesia).

Para evitar la escasez de medios, puede ser necesario un divorcio civil y en casos justificados, la Iglesia puede investigar la validez del matrimonio en un proceso de nulidad matrimonial (del cual hablaremos en otro momento).


OJO: Las personas que se han separado debido a estas situaciones de crisis irreparables o de ambientes dañinos, siguen siendo parte de la Iglesia, es más, la Iglesia debe acoger con amor y brindar apoyo como comunidad cristiana, por lo tanto, estas personas pueden participar de las misas, comulgar, hacer oración, etc., ya que no han cometido pecado alguno. El pecado viene en el momento de tener relaciones sexuales con una nueva pareja  sin ser viudo, ya que “le está siendo infiel a su cónyuge” (aplica tanto para los hombres como para las mujeres).


¿Es posible volverse a casar por la Iglesia?


Los votos del matrimonio dicen "Prometo serte fiel... todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe". Por lo tanto, la muerte rompe este vínculo formado en el sacramento y la persona viuda queda "libre" para contraer matrimonio nuevamente si así lo desea.

Esto es una cuestión personal y solamente si es plenamente libre de amar a una nueva persona y formar una nueva familia, la Iglesia solamente debe acoger a esa nueva familia en la comunidad.

Sin embargo, si te separas de tu esposo (a) y este sigue vivo al momento de que desees contraer un nuevo matrimonio, este no será posible, ya que has hecho la promesa y el compromiso de fidelidad indisoluble a tu cónyuge y ante Dios.

Civilmente sí puedes, sacramentalmente no.


¿Qué pasa con los divorciados vueltos a casar?


Siguiendo con lo explicado anteriormente, la Iglesia debe acoger con amor a las personas divorciadas y vueltas a casar. Pero al que, en vida del cónyuge, establece una nueva relación se pone en contradicción con la indisolubilidad del matrimonio y actúa de manera contraria a lo establecido por Jesús. Es por ello, que las personas que viven en esta situación (tanto el separado como la nueva pareja) no pueden comulgar, pero esto no significa que no puedan vivir su fe. Estas parejas pueden ser partícipes de las prácticas de la Iglesia, como la misa, la adoración al Santísimo, la oración, etc. Ellos, si así lo desean, pueden acercarse a los sacerdotes y solicitar un acompañamiento espiritual que les ayude a vivir en plenitud su fe y tratando de ser lo más congruente posible a lo instituido por Dios.

Si tú estás en esta situación, no tengas miedo de acercarte, Dios sigue amándote completamente y deseas que tanto tú como tu nueva pareja, vivan este amor en su totalidad.



Espero esta información te haya servido. Déjanos en los comentarios cualquier opinión que tengas al respecto o si tienes alguna duda que no hayamos respondido hasta el momento.

De igual manera puedes encontrarnos en nuestro twitter @AskMaranathaBlog

Bendiciones💖🙏

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